jueves, 24 de marzo de 2011

MI PRIMERA FUNCIÓN

Recuerdo aquella tarde en la que mi amiga me llamó y me comentó que si quería acompañarla al teatro, yo le contesté -¿al teatro?- Y seguidamente ella me dijo  -¡Sí, al teatro!- Y además me aseguró que me gustaría.
Al colgar el teléfono, pensé, que la idea no me entusiasmaba nada,pero nada, más bien me parecía un rollo.
A las siete de la tarde pasaba a recogerme, así que me quedaba menos de una hora para arreglarme. Llegamos al teatro y me asombré al ver tal cantidad de gente, iban bastante bien vestidos, tuvimos que guardar cola durante diez o quince minutos y por fin pudimos entrar, sentarnos en nuestras butacas y esperar que comenzara la función. Se apagó la luz y se hizo un gran silencio. De pronto me sorprendí a mí misma al ver que me interesaba todo lo que estaba sucediendo encima del escenario, me reí un montón y al mismo tiempo aplaudía descubriendo que no era tan rollo como imaginaba. Cuando acabó la obra comentamos lo interesante, gracioso y lo bien que actuaban los actores.
Le di a mi amiga las gracias por medio obligarme a ir y descubrir lo interesante y curioso que puede llegar a ser ir al teatro.

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